Aunque no necesariamente habría sido una sorpresa ver a Mauricio Pochettino dejar el Chelsea de mutuo acuerdo, entender que el club ya ha estado en conversaciones con un reemplazo durante semanas arroja nueva luz sobre la situación en Stamford Bridge.
La salida del argentino parece haber dejado un sabor amargo y algunos jugadores recurrieron a las redes sociales para apoyar al técnico saliente, sin embargo, las fuentes señalan que la jerarquía de los Blues claramente tenía otras ideas en mente sobre quién les gustaría estar en el banquillo mucho antes de que tuviera lugar la conversación de postemporada preestablecida para esta semana con Pochettino.
El Chelsea quiere a Kieran McKenna
McKenna ha hecho maravillas con Ipswich Town, guiándolos a dos ascensos sucesivos mientras juegan un tipo de fútbol que es increíblemente agradable a la vista.
El ex jugador del Man United forma parte de una nueva generación de entrenadores jóvenes que buscan enseñar a los nombres directivos más establecidos un par de cosas sobre cómo se debe jugar al fútbol en la era moderna.
Con sólo 38 años, McKenna es uno de los entrenadores más jóvenes del deporte, pero se ha ganado el respeto de todos gracias al éxito que ha aportado al equipo de Portman Road.
Si Erik ten Hag fuera despedido en Man United, aunque sería una elección valiente, uno puede imaginar a McKenna aprovechando la oportunidad de dirigir en Old Trafford con ambas manos.
De momento, eso no está sobre la mesa y sus representantes siguen hablando con el Chelsea para entender cómo quedarían las cosas en el club con McKenna in situ.
Seguramente sería un gran golpe si Todd Boehly pudiera contratarlo, sin embargo, el estadounidense y sus empleados de alto rango en el ámbito del fútbol tendrían que entender que McKenna necesitaría tiempo para acostarse y transmitir sus ideas.
Continuar con un enfoque de «contratarlos y despedirlos» en ese caso sería una muy mala imagen para el Chelsea.