El Sporting CP se marchaba del Orange Vélodrome con una derrota por cuatro goles a uno ante el Olympique de Marsella. Pero no fue una derrota ordinaria. No. En el espacio de diez minutos, mientras el portugués lideraba un gol a 0, Antonio Adán comenzaba su espectáculo.
En el minuto 13, soltó sobre Alexis Sánchez cuya contramarcha acabó en el fondo de la red. Tres minutos después, otro mal lanzamiento del español sobre Mattéo Guendouzi trajo el gol de Amine Harit. Finalmente, siete minutos después, fue expulsado por una mano completamente alucinante fuera de su área. Inevitablemente, los lisboetas se vengaron a la hora de acoger a los foceanos en su guarida este miércoles por la noche.
Una exclusión y Coates fuera por lesión
Vivieron una nueva pesadilla. Quizás peor que el primero, por cierto. Bastante dominado, el portugués encadenó las faltas incluida una, sobre un copiosamente pitado Nuno Tavares, de Ricardo Esgaio. El defensa central sacó una amarilla bastante tonta (13ª). Tres minutos después, en un pase bloqueado por Valentin Rongier, el mismo Esgaio recortó, de forma un tanto alucinante, a Amine Harit, en la superficie. Segunda tarjeta amarilla, exclusión (16º), penalti y gol de Mattéo Guendouzi (0-1, 20º).
La velada se iba a complicar momentos después cuando Mbemba arrojó a Harit a las profundidades. El altruista marroquí dio la espalda a Sánchez que no necesitó que le pidieran doblar la apuesta (0-2, 30º). Algunos seguidores también abandonaron a esta hora el Estadio José Alvalade de Lisboa. Se convirtió así en un encuentro unilateral, más aún tras la salida, por lesión, del capitán Sebastián Coates (35º) y los locales se iban dando cada vez más golpes.
Amorim, la mina de los malos días
En uno de ellos, en el segundo tiempo, Léo Balerdi se quedó en el suelo. Pedro Gonçalves recibió una amarilla, luego una roja sin que nadie entendiera bien por qué. A las once era duro, a las diez también y más a las nueve, claro. En rueda de prensa, el técnico portugués, Ruben Amorim, volvió a esta pesadilla.
” Pienso lo mismo que pensé en Marsella. No empezamos muy bien, intentamos avanzar. Fue un juego confuso y caótico. El penalti, la expulsión y luego se acabó el partido. Seba (Coates, nota del editor) tenía que salir, luego el segundo gol, es muy complicado. Pero tenemos que mirar hacia adelante “, me confió, luciendo derrotado. Próximo rebote, intento por fin, ante el Tottenham, en dos semanas…
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