Durante tres semanas, Laurent Blanc se ha puesto varios sombreros en Lyon. Está por supuesto el de entrenador. Pero el Presidente también es bombero, jefe de obra y psicólogo, el que recuperó a un equipo en el nivel mental más bajo. Acompañado de sus ayudantes, intenta “poner las cabezas hacia atrás“como él había explicado. Y funciona ya que su equipo acaba de sumar dos éxitos seguidos (el último ante el Lille). Blanc es unánime en el vestuario como explicó Anthony Lopes tras el encuentro.
“Su discurso hizo mucho. El hecho de que llegue totalmente fresco y ponga a todos en pie, sobre todo mentalmente, fue mucho trabajo de su parte, valora el portero de la OL. Sabía cómo encontrar las palabras adecuadas. Nos hubiera gustado sacar 9 puntos sobre 9 desde su llegada, pero 6 sobre 9 es bastante correcto. (…) El hecho de que viniera con un discurso que devolvió la confianza a todos fue bueno”. Jeff Reine-Adelaida está de acuerdo. “El entrenador nos aporta mucha confianza, tranquilidad. No estábamos haciendo un buen partido y él supo encontrar las palabras adecuadas en el descanso.. ¡El efecto White se siente!
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