Inglaterra necesita una reacción si quiere sacar algún valor de este receso internacional. El técnico Gareth Southgate ha depositado su confianza en algunos de los miembros del equipo menos experimentados para obtener un resultado a la cuarta vez que lo solicita.
Después de los empates contra Italia y Alemania, Inglaterra estará ansiosa por descargar su frustración con un equipo de Hungría que los envió a casa con el rabo entre las piernas y la derrota por 1-0 dos fines de semana antes. Sentado en la parte inferior del grupo en dos puntos, cualquier otra cosa que no sea una victoria descartaría más o menos cualquier posibilidad de progreso para los hombres de Southgate.
En un intento por hacerlo, Southgate ha realizado nueve cambios. Los únicos jugadores que mantuvieron sus lugares son Aaron Ramsdale y Reece James. Junto a James en defensa están John Stones, Marc Guehi y Kyle Walker, por delante de ellos están Connor Gallagher, Kalvin Phillips y Jude Bellingham. La línea delantera contiene a Bukayo Saka, Harry Kane y Jarrod Bowen.
En particular, el mediocampo muestra el deseo de Southgate de cambiar las cosas. Algunos tienen sus quejas con la gestión de Southgate de la selección inglesa, pero él siempre ha confiado en que los jugadores más jóvenes contribuyan.
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