Todo el mundo lo miraba: los medios, la afición y en especial el Bayern de Múnich. Lesionado e ingresado a media hora del final de la ida, Kylian Mbappé casi había revertido la tónica por su cuenta, o al menos arrebatado el empate. Inevitablemente, el gigante bávaro lo miraba como leche en llamas esta noche durante el partido de vuelta de los octavos de final. Sin embargo, en plena posesión de sus medios esta vez, el delantero casi nunca logró destacarse esta noche durante esta derrota por 2-0.
Fijo en el lado izquierdo del ataque, el campeón del mundo de 2018 intentó hacer hablar su velocidad desde los primeros minutos, pero cada vez sus controles eran demasiado largos (2º, 20º) para llegar más lejos en la acción. Al menos movilizó a los defensores contrarios, que acudían regularmente en parejas para intentar detenerlo. Además, ya sea Stanisic, Upamecano o la dupla Goretzka-Kimmich, todos en el Bayern ponen el corazón en su trabajo.
El Bayern lo apagó por completo
Julian Nagelsmann había advertido en una rueda de prensa previa al partido que se le reservaría un plan. El técnico alemán no se equivocó en sus elecciones, ni en sus intenciones. “Sí, Kylian tuvo una gran oportunidad, pero el Bayern defendió muy bien. Estaba cerrado a nuestro lado izquierdo, y más abierto a la derecha. El Bayern lo neutralizó bien. Fue difícil para Kylian, muy a menudo atrapado en parejas. Concedió Christophe Galtier tras el encuentro.
Como que un colectivo siempre prevalece sobre el individual, por fuerte que sea. La estrella parisina se extinguió por completo esta noche en el Allianz Arena. Solo encuadró uno de sus 4 tiros, en el 67 que Sommer sacó perfecto, y de nuevo, hay dos cruces sobre los demás. Perdió sus 6 duelos disputados, falló sus 3 intentos de regate y solo logró un centro de 3… “Dije que íbamos a hacer nuestro mejor esfuerzo. Nosotros, nuestro máximo, eso es todo” dice en una conferencia de prensa. Tan insuficiente.
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