Como es habitual, Benzema solía estar presente en las fases de posesión en campo contrario para poner el pie en el balón y ayudar a los suyos a encontrar la falta en la zona de la verdad. Ese espacio lo encontró en el primer gol, donde llegó a empujar el balón a la portería vacía después de que Kepa se detuviera frente a Vinicius (21º), para su 90º en LDC y único gol en este encuentro. Siempre bien colocado, siempre en el sitio adecuado en el momento adecuado, siempre con la rabia en el estómago… Benzema vuelve a demostrar que merece su Balón de Oro.
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