Ya coronado campeón de España, el FC Barcelona debía una pequeña revancha a su afición antes de cerrar la temporada. La derrota en casa de hace tres días ante la Real Sociedad (2-1) fue una faena. El nivel de juego desplegado no fue digno de su naciente reinado. Se trataba de corregir la situación durante este viaje al Valladolid, que aún se juega su futuro en LaLiga, a tres jornadas del final. Lewandowski también tiene un título de pichichi que buscar contra Benzema. Es sin embargo el mismo Barça el que apareció sobre el césped, no en la composición sino en las tristes intenciones del juego.
A pesar de los muchos cambios en su composición inicial (Roberto, Alonso, García, Torre, todos los titulares), Xavi vio a su equipo atrapado desde el principio. En un primer centro desde la derecha, Christensen engañó a su propio portero (1-0, 2º). Tras esta desagradable sorpresa en el inicio del partido, los culés intentaron reaccionar pero su juego parecía demasiado lento para marcar la diferencia ante un equipo que luchaba por sobrevivir. La defensa contrarrestó con facilidad este remate de Lewandowski (9′), mientras que el intento de Raphinha falló cerca del poste (13′). Se pronosticaba una mala noche.
Dos puestos para el Valladolid
En la siguiente incursión, el árbitro del encuentro sancionó penalti en un pequeño barrido de Eric García. Larín transformó la oferta para marcar el gol del descanso (2-0, 20º). Sólo Raphinha probó cosas como esta nueva tentativa, esta vez repelida espectacularmente por la horizontal de Masip (30º). El triple cambio al descanso de Xavi, incluido ter Stegen por Peña, no cambió nada. La posesión no lo es todo, aún hay que saber qué hacer con el balón. El Valladolid aprovechó para picar a la contra. Plata ofreció un indulto al campeón al encontrar el poste (60º). Por ahora.
Ni siquiera las entradas de Dembélé y Ferran Torres fueron satisfactorias, como esta iniciativa individual del francés. En cambio, una nueva contra dirigida por Larín ofreció esta vez el gol a Plata, tras comprobar el VAR. En el proceso, Lucas Rosa, lanzado a toda velocidad por Kike, también dio en el poste (77º). La pésima velada del Barça pudo haber sido mucho peor al final. Porque al final del partido, Lewandowski salvó el honor gracias a este ofrecimiento de De Jong, y se puso dos cuerpos por delante de Benzema (23 goles contra 21). Esta es de hecho la única satisfacción de la noche, con la del Blanquivioletas tomar una ventaja de tres puntos sobre la zona roja.