Las derrotas consecutivas en casa por 0-3 del asediado técnico del Man United, Erik Ten Hag, no habrán hecho nada por su credibilidad, pero pensar en despedir al holandés tras una racha de malos resultados no es el camino a seguir.
Moyes, Van Gaal, Mourinho, Solskjaer, Rangnick… todos recibieron el viejo empujón una vez que pareció que habían perdido el apoyo de los fieles de Old Trafford, pero eso es más un reflejo de la autopreservación de los propietarios que cualquier otra cosa.
Al acceder a los caprichos de unos miles de fanáticos descontentos de los Red Devils, la familia Glazer puede ganar un poco más de tiempo al mando, y así continúa el tiovivo.
Quizás cuando Sir Jim Ratcliffe llegue para hacerse cargo de las operaciones deportivas del club, se tomará una dirección completamente diferente y la gestión sólida que se necesita será evidente.Hasta entonces, a Ten Hag se le debería permitir gestionar lo que mejor le parezca y darle tiempo para cambiar las cosas.
Incluso cosas como la situación de Jadon Sancho deberían ser una decisión que el gerente pueda tomar sin temor a ser rechazado.
Mire cómo la directiva del Arsenal respaldó a Mikel Arteta, cuando los seguidores de los Gunners casi echaban espuma por la boca ante la idea de que el español tuviera que quedarse un momento más.
Él también tenía jugadores disruptivos con los que lidiar (Pierre-Emerick Aubameyang y Mesut Ozil), pero se le dio carta blanca para trabajar como mejor le pareciera.
Los londinenses del norte resistieron la tormenta, reclutaron bien y ahora están entre los favoritos al título de la Premier League.
Si el Man United sigue trabajando con Ten Hag de la misma manera que lo ha hecho con todos sus predecesores, el holandés pronto se quedará sin trabajo y el circo empezará de nuevo.