Max Kilman anotó un gol en solitario de locura para los Wolves, regateando desde su propia mitad antes de meter el balón en casa.
Kilman recogió el balón en lo profundo de su propia mitad, con poca amenaza en la portería contraria.
El defensor de los Wolves procedió a driblar el campo, evadiendo múltiples desafíos, antes de pasar el balón al portero.
Si nunca antes habías visto a Kilman, es muy probable que lo hayas confundido con un extremo sedoso, no con un imponente defensa central.
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