Ya clasificada para la Eurocopa 2024 como país anfitrión, Alemania recibió a Bélgica en Colonia para un partido amistoso que sólo tenía el nombre, entre dos selecciones en plena reconstrucción tras un Mundial de Qatar que acabó con cierto sabor a asignatura pendiente. Para su primer partido de este parón internacional, los dos equipos cumplieron su cometido con una victoria ante Perú para la Mannschaft (2-0) y ante Suecia para los Red Devils (3-0), antes de volver a enfrentarse el martes por la noche noche en un estadio lleno en Colonia.
Bélgica se lanzó inmediatamente al ataque y Yannick Carrasco abrió el marcador con un buen disparo bajo el larguero tras batir a Marius Wolf (6º, 1-0). Muy inspirado, Kevin De Bruyne cogió el balón y en el descanso encontró a Romelu Lukaku, que pudo ajustar Marc-André Ter Stegen (9º, 2-0). Tras este arranque de cañón, los belgas siguieron dominando el encuentro pero ya no encontraron la falta. El disparo de Dodi Lukebakio, que se fue solo ante un córner alemán, coqueteó con el marco (19º) y Romelu Lukaku propulsó un cabezazo desbordado al larguero del portero de la Mannschaft (21º).
Despertar demasiado tarde para Alemania
Tras dejar pasar la tormenta, los jugadores de Hans-Dieter Flick aprovecharon para volver a este encuentro de la mano de su providencial delantero Niclas Füllkrug. El delantero alemán consiguió y convirtió un penalti justo antes del descanso (44º, 2-1). De regreso del vestuario, los alemanes siguieron presionando para igualar. Serge Gnabry primero falló por poco el arco (53º) y luego, unos minutos después, Timo Werner vino a engañar al portero belga antes de ser penalizado por una posición de fuera de juego (59º). Pese a esta alerta, los belgas siguieron defendiendo cada vez más bajo en su parte del campo.
Pero la magia estuvo en el campo de Bélgica el martes por la noche y especialmente en el zapato de Kevin De Bruyne. Comprometido en las dos primeras hazañas de su equipo, el capitán de los Red Devils llegó a noquear con la zurda a la revuelta alemana (78º, 3-1). Contra su habitual Alemania no se resignó y Serge Gnabry se ofreció un festival en el área contraria pero no tuvo recompensa, su remate se fue al palo contrario (84). El jugador del Bayern de Múnich siguió con su ímpetu y encontró, a pesar de este giro del destino, los recursos para venir y volver a reducir distancias (87º, 3-2). Un despertar demasiado tardío para la Mannschaft que no tranquiliza. Bélgica, por su parte, habrá tenido un inicio muy interesante con Domenico Tedesco en su banquillo. Y se ofrece a sí mismo una primera victoria sobre su vecino alemán desde… ¡1954!
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