Cuando el derbi de Manchester esté a la vista, Erling Haaland se estará relamiendo.
El sicario noruego estuvo en su mejor momento letal contra Luton Town en su eliminatoria de la Copa FA el martes por la noche, y sus cinco goles deberían servir como advertencia para el Man United antes del partido de este fin de semana.
Aparte del revés contra el Fulham la última vez, Erik ten Hag había visto una especie de resurgimiento de su equipo.
Los Diablos Rojos llevaban siete partidos invictos en todas las competiciones, dando la impresión de que el holandés y su equipo de bajo rendimiento finalmente habían dado la vuelta a la esquina, y no antes de tiempo.
Sin embargo, la derrota contra los Cottagers hizo que se reabrieran todas las viejas heridas, mientras el XI de Ten Hag trabajaba en un juego que, en el papel, debería haber ganado cómodamente.
Esto vuelve a poner de relieve cuán inadecuado es el holandés para estar al mando de un equipo tan histórico.
Compare y contraste la desconexión que tiene con sus jugadores con la increíble conexión que fomenta Pep Guardiola con su plantilla.
Man City ha alcanzado recientemente ese punto óptimo en el que todo lo que toca parece convertirse en oro, y eso es una señal siniestra para sus oponentes.
Nada les daría mayor placer que derrotar a sus rivales en una verdadera demostración de fuerza, y con Kevin De Bruyne de regreso suministrando las balas a Haaland (en una forma goleadora tan brillante), hay razones suficientes para creer que el encuentro del domingo por la tarde podría significar el comienzo del final por Ten Hag.
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