Tras dejar el Sevilla tras una corta temporada y 53 partidos en el banquillo para tomar las riendas de la selección argentina, Jorge Sampaoli reaparecía este sábado al frente del club andaluz, con motivo del recibimiento al Bilbao, sólido tercero. . Decimoctavo y descendido, los sevillanos necesitaban urgentemente puntos antes de encarar esta octava jornada de Liga. A pocos días del bofetón recibido ante el Dortmund (1-4), en este mismo Estadio Sánchez Pizjuán, y tras ver destituido a Julen Lopetegui de sus funciones, el Sevilla FC afrontaba este partido sin grandes certezas. El extécnico del OM impuso su estilo desde el inicio con siete cambios en el once, todavía en el 4-3-3: Enfrente, Isco se salvó de las aguas, mientras que En Nesyri y Suso fueron sustituidos por Papu Gómez y Dolberg. En el medio se renovaron Guedelj y Jordan y fue Oliver Torres quien ocupó el lugar de Ivan Rakitic.
Detrás, estaba la gran convulsión. Salen Sallas, Carmona y Navas, sustituidos por Marcao, Nianzou y Montiel. Finalmente, más sorprendentemente, Bono dejó su lugar en la portería a Dmitrovic. Ante su público local, el Sevilla encendió el inicio del partido y rápidamente abrió el marcador. En el área, Oliver Torres recuperó un balón mal controlado por Kasper Dolberg y ajustó de cerca a Unai Simon (1-0, 4º). Tras diez intensos minutos, los sevillanos se dedicaron a controlar el centro del campo. En el segundo acto, fue Mikel Vesga, que con un claro disparo de zurda permitió el empate a los vascos (1-1, 73º). Al final del partido, Ander Herrera vio roja por una entrada arriesgada justo frente a su superficie (90º + 4). En el último tiro libre muy bien colocado, Lamela manda el balón por encima. Un punto que no ayuda mucho a los asuntos del Sevilla.
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