El FC Barcelona tiene una pequeña y bonita brocheta de jóvenes promesas bajo contrato. Pensamos en Pedri, Ansu Fati o Gavi, pero también en Alejandro Baldé, la sensación de este inicio de temporada. Jugadores de La Masia para unos o fichados en el post-entrenamiento para otros. Pero hay algunos que, aunque se anuncian como muy prometedores, parecen un poco olvidados. Se trata de Nico González, a quien pudimos ver en el trabajo varias veces la temporada pasada. Este verano, ante la competencia en el primer equipo, tomó la decisión de marcharse cedido al Valencia.
¿Para qué tener tiempo de juego de forma regular? Eso es lo que podrías pensar. Sólo, de momento, el hijo del ilustre Fran González debe conformarse con las migajas, con diez partidos en LaLiga, de los cuales cuatro sólo como titular. Una situación que genera interrogantes en España y especialmente en Cataluña, donde esperábamos ver a Nico brillar en LaLiga antes de volver a ocupar el lugar de Busquets en Cataluña. ¿Pero por qué juega tan poco? En primer lugar, porque Gennaro Gattuso ya tiene mucha gente buena en el centro del campo, como Hugo Guillamon, el internacional neoespañol. Formado como defensa central, ahora juega como centrocampista defensivo, a menudo acompañado por Ilaix Moriba, otro exjugador de La Masia.
¿Una repatriación en enero?
Y cuando jugaba, Nico González no era necesariamente muy bueno. Es de destacar, como el partido ante el Mallorca de este fin de semana, o su entrada en juego ante el Rayo Vallecano a principios de septiembre, donde ofreció la victoria a los locales con un desafortunado gol en propia. De momento, por el lado de Mestalla, seguimos a la espera de ver a este jugador tan dominante frente a su defensa, sobre todo cuando su equipo tiene el balón, capaz de romper líneas y servir de trampolín para los ataques de su equipo.
“Entrena muy bien, es un gran profesional”, respondió recientemente Gattuso, quien ha sido constantemente cuestionado por él desde el inicio de la temporada. De todos modos, esta situación preocupa al Barça, que quiere que tenga más tiempo de juego. Los catalanes podrían incluso terminar su préstamo en Valencia y prestarlo en otro lugar durante la ventana de transferencia de invierno. Sobre todo porque el jugador no podrá jugar los dos próximos partidos, precisamente ante el Barcelona, por las famosas cláusulas del miedo que impiden que los jugadores cedidos jueguen contra su club matriz. En estas condiciones, difícil progresar…
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