El turbulento primer año de Ruben Amorim al frente del Manchester United fue, sin duda, un periodo de pruebas y decepciones para los aficionados de Old Trafford. Ahora, con la pretemporada a sus espaldas, el experimentado defensor Harry Maguire ha roto el silencio para desvelar qué salió mal y, más importante aún, cómo el técnico portugués planea una drástica transformación para la nueva campaña de la Premier League.
Amorim llegó al club el invierno pasado, tras la agitada salida de Erik ten Hag, con la esperanza de enderezar una temporada que ya se perfilaba irregular. Sin embargo, lejos de invertir la tendencia, el exentrenador del Sporting CP se encontró con una plantilla disfuncional, con poca experiencia en su sistema 3-4-3, y un rendimiento errático.
A ello se sumaron desafíos internos, como las intenciones de Marcus Rashford de salir cedido en enero y una relación tumultuosa con la joven estrella de la academia, Alejandro Garnacho. El resultado fue una desoladora decimosexta posición en la liga y la ausencia de competición europea, tras una dolorosa derrota ante el Tottenham en la final de la Europa League.
Pero el ambiente ha cambiado. Después de una pretemporada completa trabajando con sus jugadores y la incorporación de talentos frescos como Matheus Cunha, Bryan Mbeumo y Benjamin Sesko, Amorim se prepara para un nuevo comienzo.
Maguire, en una reveladora conversación para el podcast «Rio Ferdinand Presents», compartió el sentir del vestuario y la «gran atmósfera» que ahora reina en el grupo, fruto de un análisis honesto de la temporada anterior y de los cambios necesarios. «Siento que es casi un nuevo comienzo, y espero que este comienzo sea bueno», afirmó el central. «Queremos estar luchando en la cima.»
El defensor no dudó en señalar los puntos débiles clave de la temporada pasada:
- Falta de tiempo para entrenar bajo las órdenes del nuevo técnico.
- La condición física de la plantilla no era «suficientemente buena» para la Premier League.
- No podían correr lo suficiente ni ganar los duelos necesarios.
Maguire destacó que, tras la pretemporada completa, los jugadores lucen «mucho más delgados y ágiles«, y que la llegada de los nuevos fichajes ha generado una «buena competencia por los puestos».
En cuanto a lo táctico, Maguire confirmó que el equipo se siente ahora más cómodo con el sistema de tres centrales, y que entienden la exigencia de su entrenador de un juego «realmente agresivo, realmente ofensivo«. Explicó que la falta de condición física del año anterior afectaba las transiciones y la presión alta. Ahora, buscan un juego con «más movimientos laterales» y una «presión alta» constante.
El internacional inglés también abordó el juego de construcción del equipo, reconociendo que la temporada pasada jugaron «muchos pases cortos» en su propio tercio, a menudo resultando en pérdidas de balón. «Es algo que necesitamos revisar y mejorar«, dijo. Maguire enfatizó la naturaleza pragmática de Amorim, señalando que, aunque la formación inicial sea un 3-4-3, el equipo es flexible y a menudo se adapta a una línea de cuatro o cinco defensores durante el juego.
Con Maguire entrando en el último año de su contrato y bajo el interés de otros clubes europeos, el defensor tendrá la oportunidad de demostrar esta renovada versión del Manchester United. El primer gran reto será el próximo domingo en Old Trafford, donde se enfrentarán al Arsenal, uno de los contendientes al título de la temporada pasada.