El ojo de la tormenta estaba en lo que haría el Liverpool en un nuevo encuentro de UEFA Champions League. Los reds tenían una ventaja cómoda en la serie, pero debido a los malos resultados que había consumado en sus últimos encuentros, se ponía en duda su continuidad ante un rival sumamente ofensivo.
Pese a todo esto, el Leipizg no estuvo a la altura de lo que significa una instancia como esta, lo que le permitió a los locales ( con su experiencia y serenidad) sacar adelante sin muchos inconvenientes el cotejo que en la primera mitad no tuvo goles, pero si muchos fallos por parte de los dueños de casa.
La lata logró abrirse en la segunda mitad de la mano de Salah, para que 4 minutos después, Sadio Mané marcara sentencia en la serie con el 2-0 definitivo.
Este resultado debería de volverle algo de confianza al equipo de Klopp, el cual al menos tiene chance de seguir en carrera por el título más importante a nivel de clubes.