Con el pitido final, del partido perdido entre Francia y Argentina, en la final del Mundial de Qatar el domingo, la hinchada pudo presenciar una escena bastante original. El presidente de la República, Emmanuel Macron, arrodillado sobre el césped del Lusail Stadium, para consolar a un Kylian Mbappé afectado por la derrota en los penaltis pese a un hat-trick suyo: “Mbappé es un grandísimo jugador pero es joven, le dije que solo tenía 24 años. Fue el máximo goleador de este Mundial. Ganó un Mundial, llegó a una final. Yo estaba tan triste como él. Dije que nos hizo sentir muy orgullosos y al final perdimos un partido de fútbol, nos quedamos en nada. es deportesdeclaró el Presidente de la República en la zona mixta tras el encuentro, calificando al número 10 de los Blues como “un grandísimo jugador”.
“No soy ni jugador ni entrenador, soy presidente… Dirán, los jugadores, Didier Deschamps. No tengo que juzgarlos. Nos hicieron sentir orgullosos. Lo cual es cierto, seamos claros, estábamos muy, muy lejos al final de la primera mitad. Ya ha habido remontadas así, como la de Alemania en 1954. Es muy raro en la historia del fútbol. Volvimos a subir, tremendamente. Es extraordinario lo que hizo Kylian Mbappé, todo el equipo estaba de vuelta. Volvimos a tener hambre. Había a partir del 75, un equipo que encontraba hambre, que quería. Yo creía muchísimo en ello, pensaba que íbamos a marcar antes de que acabara el tiempo reglamentario. Pensé que íbamos a marcar primero en la prórroga. Después, hacemos un segundo milagro al remontar de la nada, porque remontar un 3-2 en la prórroga es muy raro y lo volvimos a hacer. Tuvimos el punto de partido, estuvo en nuestros pies” concluyó el jefe de Estado francés, pidiendo también a Didier Deschamps que se “quede”.